viernes, 3 de febrero de 2012

Hace un tiempo

Un objetivo trunco.
Una meta clara y consecuente.
Una obra que deslumbra y cuestiona mi renuncia.
La noche ilumina el recuerdo de una charla
Y la luna sonríe cómplice de mi desengaño.
Gusto a verdades intragables y a revancha ajena.
Escuché atento y discutí lo que no valía la pena.
Me caí dentro mio y caminé hasta perderme.
Estaba feliz y contento a la vez.
Desde la esquina hasta el amanecer me pregunté por qué
Y cuando llegué hasta al café no le quise creer.
Había una distancia,
Tenía otro punto de vista del ojo que todavía respira.
Un ejército escondido en un cuarto escribe libros que no leo.
Un dibujo descubre la mentira y esconde su secreto.
El estante soporta más de lo que debe sin quejarse
Y el peso de su gracia dice más que sus páginas.
¿Cuándo seré el favorito en tu mente?
¿Cuándo serás el boceto en mi cuaderno?
De este a norte hay kilómetros de palabras
Y de a una las voy a ir recogiendo.
El pasto del costado llega hasta el lago,
La niebla levanta sospecha y muestra su valor.
La flor asoma su olor de entre sus dientes.
Las hojas verdes abrazan mí ilusión.
Los colores del cielo son muchos y a todos los quiero.
Los árboles altos hacen cosquillas a las nubes.
Las sombras se alargan sobre los campos.
El barro pide lluvia y la rana canta mansa.
La ruta de vuelta lleva las últimas horas hasta casa.
La rotonda de la entrada da vueltas hasta llegar.
La puerta se abre y yo entro a dormir en un sueño.

Mila - 3 de febrero de 2012 -

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encanta!